El mercantilismo es un conjunto de ideas económicas que considera que la prosperidad de una nación o estado depende del capital que pueda tener, y que el volumen global de comercio mundial es inalterable. El capital está representado por los metales preciosos que el estado tiene en su poder y que se incrementa con una balanza comercial positiva (cuando las exportaciones sean superiores a las importaciones). Este modelo sugiere que el gobierno dirigente debería buscar la consecución de esos objetivos mediante una política proteccionista sobre su economía, favoreciendo la exportación y desfavoreciendo la importación, sobre todo mediante la imposición de aranceles. La política económica basada en estas ideas recibe el nombre de sistema mercantilista.
La Fisiocracia:
La fisiocracia era una escuela de pensamiento económico del siglo XVIII. Afirmaba la existencia de una ley natural por la cual el buen funcionamiento del sistema económico estaría asegurado sin la intervención del gobierno. Su doctrina queda resumida en la expresión «laissez faire, laissez passer» (dejar hacer, dejar pasar). Esto está relacionado con la idea de que sólo en las actividades agrícolas y la naturaleza posibilita que el producto obtenido sea mayor que los insumos utilizados en la producción surgiendo así un excedente económico. Los fisiócratas denominaron de estériles a las actividades como la manufactura o el comercio donde la producción solo sería suficiente para reponer los insumos utilizados.
Adam Smith
(5 de junio, 1723 – 17 de julio, 1790) fue un economista escocés, y uno de los máximos exponentes de la economía clásica. En 1776 publica: Ensayo Sobre La Naturaleza y Las Causas De La Riqueza De Las Naciones, en la que sostiene que la riqueza procede del trabajo. Este trabajo obtuvo para él el título de fundador de la economía porque fue el primer estudio completo y sistemático del tema.
Según la tesis central de su libro, la clave del bienestar social está en el crecimiento económico, que se potencia a través de la división del trabajo. La división del trabajo, a su vez, se profundiza a medida que se amplia la extensión de los mercados y por ende la especialización.
La teoría clásica del comercio internacional tiene sus raíces en la obra de Adam Smith que plantea la interacción entre comercio y crecimiento económico. Según los principios establecidos en sus obras, los distintos bienes deberán producirse en aquel país en que sea más bajo su coste de producción y desde allí, exportarse al resto de las naciones. Defiende además el comercio internacional libre y sin trabas para alcanzar y dinamizar el proceso de crecimiento económico, y este comercio estaría basado en el principio de la ventaja absoluta y asimismo cree en la movilidad internacional de factores productivos.
Llamamos marxismo al conjunto de ideas políticas, económicas y filosóficas que nacen con la obra de Karl Marx, pero que van unidas al activismo obrero y que posteriormente han sido desarrolladas por muchos autores. El marxismo es la doctrina o cuerpo ideoógico que corona con genial coherencia las tres fuentes ideológicas más avanzadas de la Europa del s.XIX: el socialismo, la filosofía y la economía política.
- La clase trabajadora o proletariado: Marx definió a esta clase como «los individuos que venden su mano de obra y no poseen los medios de producción», a quienes consideraba responsables de crear la riqueza de una sociedad (obreros). El proletariado puede dividirse, a su vez, en proletariado ordinario y lumpenproletariado, los que viven en pobreza extrema y no pueden hallar trabajo lícito con regularidad. Éstos pueden ser prostitutas, mendigos o indigentes.
- La burguesía: quienes «poseen los medios de producción» y emplean al proletariado. La burguesía puede dividirse, a su vez, en la burguesía muy rica y la pequeña burguesía: quienes emplean la mano de obra, pero que también trabajan. Éstos pueden ser pequeños propietarios, campesinos terratenientes o comerciantes.
Según él, la causa básica de la injusticia es la propiedad privada de los medios de producción, que genera la separación entre los propietarios (burgueses) y los no propietarios (proletariados). Los propietarios se valen de la fuerza de trabajo de los obreros (la fuerza de trabajo es el único generador de riqueza) para aumentar su capital y le dan al trabajador como pago lo mínimo necesario para que subsistan él y su familia. A la diferencia entre la riqueza que generan los trabajadores y lo que efectivamente reciben por su trabajo Marx la llama "plusvalía". En definitiva, se trata de un robo que los burgueses hacen a los proletarios. Marx creía que esa sociedad injusta sería suplantada por una "sociedad comunista", sin división de clases y sin propiedad privada de los medios de producción. Pero también creía que este cambio no se daría sino a través de una revolución violenta, generada por un movimiento que reuniera la inteligencia de los intelectuales revolucionarios y la fuerza de las masas proletarias.